domingo, 26 de octubre de 2008

columna: Martín Adán, CÉSAR HILDEBRANDT

Entre la rosa y la historia
eligió la historia de la rosa.
No lo entendieron.
No es normal hablar sobre las rosas.
No se estila dedicarle a la rosa
sonetos gongorinos
ni andar por la vida con la barba crecida,
con el gusto por los muchachos en flor,
la vieja gabardina cual velamen
de balsa a la deriva.
Tenía algas enredadas en la barba
y dos volcanes apagados en vez de ojos
y voz de mar cansado
y un método para ser triste y no pedir tregua
y otro para contar mentiras en gerundio
y un último para ser procaz
y jamás disculparse
y una irresistible vocación por
el trastero del idioma
y los enrevesadores del sentido
y unas ganas urgentes por orinar donde estaba prohibido.
La cordura de los asesinos y ladrones
que pueblan la historia y detestan las rosas
terminó de matarlo.
medio: DIARIO LA PRIMERA/ punlicado: 1 DE SETIEMBRE DE 2008/ fuente web: CÉSAR HILDEBRANDT. BLOGGER
nota NUNCA ESCRITA: A propósito del centenario del nacimiento de Rafel de la Fuente, mañana 27 de octubre d 2008.

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